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Normal, ¿Eso qué es?

Foto del escritor: Consultoria IntegralConsultoria Integral
Normal es lo que actúa según una regla, canon o modelo, y a lo que se ajusta, debido a su naturaleza, a preceptos establecidos con antelación.

Estamos rodeados de personas que no son francas, que tienen miedos, complejos y envidias, que no son realmente ellos y se enmascaran en lo que la sociedad quiere que sean, sin ser, sin dejar salir su verdadero yo, intentando emular lo que admiran o envidian, lo que les gustaría ser y no son. En general, hay muchos monstruos en las cabezas de la sociedad, así que cuando aparece alguien limpio, transparente, sin ‘malos rollos’, se agradece.


Todos tenemos cualidades, virtudes y dones añadidos que nos diferencian. Lo difícil es reconocerlo y potenciarlo sin renunciar a nuestra individualidad.


Las personas auténticas, aquellos osados que tienen la suficiente personalidad para dejarse ser ellos mismos, coherentes y consecuentes, son los que más nos llegan, los que más valoramos: los extraordinariamente normales. Esos con los que siempre es un placer entablar una conversación, esos con los que todo el mundo se siente a gusto, con los que todo el mundo se quiere sentar.


Cuanto más admiro a alguien me doy cuenta de que es más humilde. El poder radica en la capacidad de mirar más allá de lo establecido sin creerse especial. Los normales tienen una personalidad lo suficientemente fuerte como para poder ser auténticos y convivir con la norma, saben ser ellos mismos sin incomodar a lo establecido. Son capaces de transitar sin molestar, no critican, no se entrometen, son consecuentes. No destacan por obligación, sino por convicción, no sufren por envidia, no tienen disfraz, son lo que son y por eso son fáciles de aceptar y de convivir. No hay más, no esconden una segunda personalidad atrapada, una maquinación disfrazada en buenas palabras… Podríamos etiquetarlos como el modelo WYSIWYG (What you see is what you get o lo que ves es lo que hay).


Hay también personas superlativamente extraordinarias, pocas, pero las hay; destacan por una o varias facetas. Son número uno, líderes y muy admirados. Pero no es lo mismo. Estos son genios, y los extraordinariamente normales son aquellos que siendo auténticos, coherentes en sus múltiples yos y momentos, conocen lo que les apasiona y se dedican a ello. Son claros porque no intentan ser lo que no son. Además, tienen la capacidad de adaptarse al entorno, no se creen superiores a nadie y son fáciles de tratar. No es necesario que sean genios. Puede ser el panadero de la esquina, mi vecino de enfrente o aquella profesora que tuve en el colegio. También puede ser un ejecutivo de una multinacional o un barman en un negocio local.


Su poder radica en la capacidad de ser auténticos mientras miran más allá de lo establecido; son consecuentes con ellos mismos y tienen una opinión propia. Navegan en aguas donde se valora lo mediocre, y aun así conviven en armonía sin perder su esencia. Hay pocos y son fáciles de descubrir, solo hay que estar atento. Dicen que en momentos de crisis sale lo mejor y lo peor de las personas. Es ahora cuando los extraordinariamente normales destacan, porque siguen siendo ellos.


No somos uno, somos múltiples. A lo largo de un solo día convivimos con numerosos roles de forma automática y no siempre consciente: soy papá, soy amante, soy profesional, soy amigo… y siempre soy la misma persona. Los normales son capaces de ser ellos en todas sus facetas: su esencia, su personalidad, ‘marca’ su diferencia.

En lo que se ha puesto tan de moda últimamente, la ‘marca personal’, las personas extraordinariamente normales dejan una huella profunda, un buen sabor de boca cuando los conoces, te produce una sonrisa cuando te preguntan por ellos.


Entonces…

¿Eres normal?

• Las personas normales tienen una personalidad lo suficientemente fuerte como para poder ser auténticos y convivir con la norma, saben ser ellos mismos sin incomodar a lo establecido. Son capaces de transitar sin molestar, no critican, no se entrometen, son consecuentes.

Auténtico: Aquellos que tienen la suficiente personalidad para dejarse ser ellos mismos y convivir con la norma. Tienen la capacidad de adaptarse al entorno, no se creen superiores a nadie y son fáciles de tratar.

Consecuente: Que su conducta guarda correspondencia lógica con los principios que profesa.

Los normales son capaces de ser ellos en todas sus facetas: su esencia, su personalidad, ‘marca’ su diferencia.

Las personas extraordinariamente normales dejan una huella profunda, un buen sabor de boca cuando los conoces.



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