Existen personas que experimentan un trastorno de ansiedad y sienten pánico ante la idea de conectar emocionalmente con una pareja potencial llegando a boicotear las relaciones cuando apenas empiezan
La filofobia (una palabra proveniente del griego philos, ‘amor’, y de phobia, ‘miedo’) se define como el miedo al amor. Las personas que lo sufren sienten auténtico temor irracional ante la idea de llegar a conectar emocionalmente con una potencial pareja y mostrarle sus sentimientos. Les cuesta profundizar en las relaciones, a menudo niegan sus emociones y sentimientos y llegan a autoboicotearse a la hora de vincularse con otras personas.
Hay varios orígenes que pueden acabar desencadenando este trastorno de ansiedad llamado filofobia: una ruptura repentina, malas experiencias en relaciones anteriores, no haber tenido vínculos sanos durante la infancia o haber vivido algún trauma en nivel afectivo, como por ejemplo abuso emocional, chantajes de los padres, crecer en uno en torno a violencia sexista o experimentar el abandono por parte de uno o de los dos progenitores. Cosas como estas llevan la persona a huir de las relaciones afectivas como mecanismo de defensa, con el objetivo de no sufrir o que no la vuelvan a herir.
El comportamiento de las personas filofóbicas
Evidentemente, hay personas que no quieren tener una relación de pareja por cualquier otro motivo, sin que necesariamente esté detrás la filofobia. Pero las personas que experimentan este trastorno huyen de las relaciones (incluso cuando están empezando), aunque sea de forma inconsciente, porque no se ven capaces de enfrentarse. Si ven alguien que les hace más caso del que es habitual o que empieza a interesarse por ellas, esto les provoca un rechazo inexplicable.
“Además de miedo de enamorarse, la persona que experimenta filofobia tampoco tiene ilusión ni esperanza que sus relaciones vayan bien”, explica una psicóloga.
Las personas con filofobia presentan una serie de comportamientos interiorizados que van repitiendo. No quiere decir que los hagan todos, pero sí que se sienten identificados con algunos de estos patrones:
● Evitan constantemente las situaciones que las puedan llevar a experimentar el inicio de una relación amorosa, ponen muchas excusas para no citarse o justifican las pocas ganas de empezar una relación.
● Cuando piensan en tener una relación romántica, pueden llegar a experimentar sintomatología de ansiedad: sudor, palpitaciones...
● Buscan todo el rato defectos en la otra persona para justificar no empezar una relación y, de hecho, llegan a boicotearla, por ejemplo, provocando discusiones, aunque sea de manera inconsciente.
● Se fijan en personas inaccesibles: por ejemplo, aquellas que ya tienen pareja, que les dicen claramente que no quieren ningún compromiso, que tienen un carácter incompatible o proyectos de vida diferentes del suyo... De este modo, cuando la cosa no va bien, no creen que el problema sea suyo, sino que han tenido mala suerte o que están predestinados a tener relaciones que acaban en fracaso.
● Evitan la conexión emocional y, sobre todo, enamorarse, porque quieren tener control total sobre sus emociones y sentimientos: es la manera que tienen de sentirse seguros.
Si no se trata psicológicamente, la filofobia puede llegar, incluso, a provocar ataques de pánico, estrés, ansiedad, taquicardias, confusión mental, inquietud, mareos y también rigidez y tensión física.
¿Cómo se puede superar?
Lo más importante es identificar de dónde viene, qué experiencia pasada ha vivido la persona que lo haya llevado hasta desarrollar este trastorno de ansiedad: “Es importante tomar conciencia de la herida emocional no sanada que lo provoca, para poderla resolver. Toda herida no sanada provoca un patrón conductual que iremos repitiendo en otras relaciones”.
Por eso, la terapia psicológica puede ser un buen primer paso para superar la filofobia, pero hay otros:
1. Antes que nada, eso sí, hay que trabajarlo en terapia: “Así sabremos de dónde viene y qué son las causas del trastorno. También es importante aceptar lo que está pasando y reconocerlo, porque muchas veces la persona niega que tiene miedo de enamorarse y pone excusas, como por ejemplo que no le apetece tener una relación”.
2. No bloquear las emociones: “Hablar con otras personas o expresarlo, aunque sea por escrito, ayuda a saber cómo te sientes en cada momento, qué miedos tienes y cómo puedes hacer frente”.
3. Centrarse en el presente: “Las personas con filofobia, como un trastorno de ansiedad, tienden a anticiparse al que tenga que pasar. Ya ven que una relación no irá bien, pase lo que pase ahora. Por eso es importante conectarse con el presente y también con el propio cuerpo: ¿cómo me estoy sintiendo? ¿Me gusta esta persona? Y dejar que las cosas fluyan”.
4. Evitar la profecía autocumplida1. Es un fenómeno psicológico que se produce cuando una creencia o expectativa se hace realidad debido a que se cree en ella. Este fenómeno también se conoce como efecto Pigmalión, efecto Rosenthal o profecía autoalimentada. La profecía autocumplida puede afectar a diferentes aspectos de la vida, como el rendimiento laboral, académico o las relaciones interpersonales.
1 El término profecía autocumplida fue acuñado por el sociólogo Robert Merton en 1948.
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